Cantemos hermanos del Padre las glorias,
su espíritu excelso, su heroico ideal,
sus luchas gigantes, sus magnas victorias
al alma arrebatan acorde triunfal.

¡Ah! más que en las rocas de eterno granito,
su nombre en las almas moradas tendrá.
¡Don Bosco, Don Bosco! Acorde Infinito
que el mundo de notas de amor llenará.

¡Trabajo, templanza! Fue el grito potente
que en épicas lides al Padre guió:

¡Trabajo, templanza!
Hoy marchan tus hijos erguida la frente
siguiendo las huellas que el astro dejó.