La tarde del viernes 28 de febrero, se realizó el acto de bendición del monumento en honor a Doña Elena Arellano, insigne bienhechora que con su incansable trabajo hizo posible la llegada de los Salesianos a Nicaragua.
Estuvieron presentes familiares de Doña Elena y el Pbro. Alejandro Lacayo, SDB, pastoralista de la obra, quien bendijo la efigie de esta noble mujer que trabajó hasta su último aliento para que niños y jóvenes nicaragüenses fuesen formados en la fe.