Triduo Pascual: Viernes Santo-Adoración de la Cruz

A la hora de nona, Cristo entregó su alma. La Iglesia conmemora el misterio de la Pasión y muerte del Señor con una celebración sobria, donde el silencio es el que prevalece. No se celebra la Santa Misa. Dios nos entregó a Jesús, su hijo único para salvarnos y no hay mayor muestra de amor que su muerte y una muerte de Cruz. En la Capilla María Auxiliadora se realizó la celebración litúrgica de la adoración de la Cruz presidida por el P. Augusto Gutiérrez, SDB y el P. Isidro González, SDB.

La celebración estaba dividida en tres momentos especiales:

1) La meditación de la palabra de Dios, la cual explicaba de gran forma todo el relato de la pasión del Señor.

2)La oración universal: Diversas oraciones elevadas al Creador por las diversas necesidades de la Iglesia universal, los gobernantes, por los que creen en Dios. Un momento en el que no existe división alguna.

3) La adoración de la cruz: Signo que recordaba al pueblo que a través de la Cruz ha sido vencido el pecado. Para este momento la venerada imagen de la Sangre de Cristo fue llevada en hombros hacia el altar y en cada estación se entonaba la aclamación: «Mirad el árbol de la cruz, donde estuvo clavada la salvación del mundo».

4) Liturgia eucarística: Los fieles tuvieron la oportunidad de recibir el alimento eucarístico en la sagrada comunión, el cual fue reservado en la noche del jueves santo.

¡En tus manos encomiendo mi espíritu!