La Capilla María Auxiliadora se convierte también en un centro de peregrinación al recibir durante el novenario a cientos de fieles que acuden llenos de fe a implorar el auxilio de la Virgen. Desde tempranas horas, este hermoso lugar se llena de un mar de voces al alabar las grandezas que Dios ha hecho en María.
La imagen de la Virgen visita los barrios y comunidades de la ciudad en donde el pueblo la acoge con gran entusiasmo, esmerándose en los arreglos de sus casas y calles donde la venerada imagen pasará derramando la bendición que viene del cielo.
El 24 de mayo, es más que una fiesta en Granada: es una solemnidad. El obispo diocesano preside la eucaristía de función destacando de su homilía que los fieles deben acudir sin temor a María: “Todo aquel que acude a la Santísima Virgen jamás queda defraudado; ella responde siempre a nuestras necesidades; no dejemos nunca de pedir su auxilio”.
Los granadinos muestran el gran amor que tiene a la Madre de Dios. Las calles de la ciudad son tomadas por gente humilde y trabajadora que con el sudor de su frente y gran sacrificio trabajan día a día por llevar sustentos a sus hogares y aún con lo poco que tienen le regalan a la Virgen lo que pueden: Escobas, frutas, verduras, gallinas, canastos entre otras cosas.